WineMan
Divulgativo (apto para todos los públicos)
El viaje comienza en el mismísimo Trópico de Capricornio y, a tan solo unos kilómetros, encontraremos uno de los paisajes de viñedos más espectaculares que he tenido la oportunidad de visitar. Son viñedos plagados de cardones, que dicen albergar las almas de sus antiguos moradores, en un valle absolutamente cautivador por el contraste de colores de sus intensamente verdes viñedos y montañas con mil colores y sombras. Esta tierra argentina, de peso histórico incomparable, es antigua ruta de las minas de plata de Potosí en la fronteriza de Bolivia. Fue tan importante desde la época Inca que sería posteriormente el origen del nombre de Argentina.Espectaculares salares nos hacen sentir una sed infinita, en donde solo se puede sobrevivir gracias a la frescura que proporciona la altitud, secreto de la lenta maduración de la uva. En la medida en que nos desplazamos a los hondos de valle, no daremos crédito a las enormes extensiones de cultivos más propios del trópico, como el tabaco.Poco a poco, iremos descendiendo desde el Trópico a la región de Salta y, poco a poco, el paisaje se irá transformando hasta llegar a estar dominado por enormes extensiones de viñedos, con un único límite, Los Andes que lo separan de Chile, no solo políticamente, sino además climáticamente. Resulta difícil pensar que al otro lado no hay nada de verdor, ni un solo cultivo, solo el imponente desierto de Atacama.En Cafayate, conoceremos la cuna de la célebre variedad Torrontés, que es un capricho de un cruce espontáneo entre diferentes variedades de uvas traídas por los españoles. Y también, cómo no, la más célebre de las variedades tintas argentinas, la Malbec.Será obligatorio que demos un salto a Mendoza para conocer a la que sin duda podemos considerar la madre de la uva Torrentes, Susana Balbo. Mantendremos una enriquecedora conversación con Susana, quien fue la primera enóloga de Argentina, una mujer en la que se suman investigación e innovación. Será todo un lujo escucharla.
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