Ale-hop!

Hay una razón esencial por la cual existe el circo profesional: el público. En este capítulo se conocen a artistas que tienen una relación especial con el público como por ejemplo Kerol, que con sus espectáculos de malabarismo y beatbox ha viajado por el mundo y ha recogido premios y reconocimientos. Más tarde se descubre a La Forzuda, nombre artístico de una pareja que tiene una pizzería con teatro propio donde hacen sus espectáculos de lanzamiento de cuchillos y malabarismo con siete pelotas. Además, Planeta Trampolí sorprende a los vecinos de Mataró con un espectáculo de cama elástica en plena Rambla. Finalmente se constata la fuerza del circo en el ámbito del activismo social, acompañando a unos payasos de los Pallapupes al Hospital Sant Joan de Déu en Manresa.