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El caso Sala llamó la atención de los medios de comunicación desde el primer momento. Tenía todos los ingredientes para ser noticia. Y de portada. El crimen de la viuda de la CAM fue juzgado por un jurado popular. Nueve ciudadanos tuvieron que decidir si Miguel López era culpable o no del asesinato de su suegra. En caso de que se equivocaran, un inocente podía pasar 24 años en la cárcel. Ante la negativa del acusado, Miguel López, a declarar, el tribunal popular escuchó a los 95 testigos del juicio. Una de las claves fue determinar la hora del crimen, sobre la cual tres expertos no consiguieron ponerse de acuerdo. Sin pruebas de ADN, sin rastro de pólvora, sin el arma del crimen, sin imágenes ni testigos del asesinato, el jurado popular llegó a un veredicto que no fue el definitivo.