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Divulgativo

WineMan

Divulgativo (apto para todos los públicos)

Visitamos la más abrupta de las Islas Canarias. Nada más tomar tierra en el aeropuerto, tenemos conciencia de que nuestro viaje va a ser un continuo sube y baja de emociones y experiencias. Llama poderosamente la atención ver los testimonios de los trabajos en el campo donde cualquier tipo de cultivo es francamente heroico. Infinitos muros de contención burlan a la ley de gravedad para poder obtener cualquier alimento. Es la única isla en la que sobrevive la costumbre precolombina de la extracción de la savia de las palmeras, que será un complemento a su rica gastronomía. Antiguamente denominada miel de palma, ya que tras su extracción se concentra al hervirse caramelizando sus azúcares, y obtiene la densidad de la miel de abejas. Es absolutamente espectacular ver cómo se extrae la savia, donde quienes padezcan de vértigo no podrán ni siquiera mantener la mirada de los trabajadores subidos en la copa de altísimas palmeras que cimbrean por el viento. Por algo será que en La Gomera ganan año tras año el reconocimiento al mejor gofio del archipiélago. Son tantos sus secretos, que bien valdrá la pena estar con los ojos y oídos bien abiertos.La escarpada geografía es la que realmente fundamenta dos costumbres ancestrales, la comunicación mediante el silbo y desplazarse con largas garrochas monte arriba y abajo con el conocido salto del pastor. Estas costumbres han viajado a las islas vecinas, pues sus pobladores primitivos las practicaban, pero solo aquí era una necesidad absoluta.La Gomera vista desde el aire tiene la forma de un exprimidor de naranjas y en esta caprichosa sucesión de valles han sobrevivido variedades de uva hoy denominadas autóctonas con el caprichoso nombre de forastera gomera. Tendremos que recorrer muchos de sus valles para ver cuáles son las condiciones que requiere para obtener de ella vinos realmente singulares.




imagen: WineMan







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