La mejoría desde la llegada de Xavi Pascual al banquillo azulgrana es evidente tanto dentro como fuera del pabellón. La afición se ha vuelto a conectar con un equipo al que ya empieza a ver capacitado para derrotar a cualquier rival. La visita de un rival directo hoy al Palau es otra prueba para comprobar la implantación de esta nueva idea de juego.