Sevilla. Año 2012. Crisis, viviendas vacías y desahucios confeccionan un cruel triángulo ante el cual un grupo muy heterogéneo, pero sólido, encabezado por mujeres de diferentes generaciones, decide ejercer su derecho a la vivienda y realojarse en un edificio deshabitado que no es de su propiedad: la Corrala Utopía. Su repercusión mediática y el apoyo ciudadano convirtieron la Corrala Utopía en un símbolo de la lucha contra los desahucios, que estuvo a punto de llevar a la Junta de Andalucía a una negociación que finalmente no se hizo.