Con su sentido crítico habitual, el periodista y documentalista Michael Moore se dispone a realizar una reflexión muy seria, pero llena de humor, sobre las carencias sociales del sistema norteamericano. Moore decide invadir él solo media Europa para llevarse a los Estados Unidos los adelantos sociales que él considera que lo harían un país mejor. Así, de Italia coge los derechos laborales y las vacaciones pagadas; de Francia, la alimentación saludable en los comedores escolares y la educación sexual en los adolescentes; de Finlandia, el sistema educativo; de Alemania, la jornada laboral y la asunción de su pasado más oscuro para poder mirar hacia el futuro; de Eslovenia, la universidad gratuita; de Túnez y de Islandia, el respeto por las mujeres y su papel en la política y de Noruega, un sistema penitenciario que trata a los presos como seres humanos. Todo ello para acabar dándose cuenta que todo esto ya lo han tenido en algún momento de la historia en los Estados Unidos pero lo han dejado perder.