Mark Wright y su equipo, compuesto hoy por Karla Pryce y Asher Edwards, se hacen cargo del caótico sótano de Robin. Este padre soltero con TDAH ha tenido problemas para organizar sus pertenencias personales, que poco a poco han ido apoderándose de su espacio. Karla ha de trabajar sin pausa para ordenar, crear sistemas y poner orden en la sala de estar y el dormitorio. Asher, por otro lado, reutiliza muebles viejos, monta un espacio de almacenamiento personalizado y crea un nuevo escritorio para las manualidades de Robin. Cuando finalizan su trabajo, el apartamento de Robin es un hogar ordenado y funcional para el disfrute de él y de su hijo.