Un día en el parque de atracciones se convierte en tragedia cuando Karla observa cómo dos extraños arrastran a su hijo de seis años, Frankie, dentro de un coche y arrancan. Sin un número de matrícula ni teléfono móvil desde el que llamar a la policía, Karla debe encontrar al pequeño por su cuenta y tomar duras decisiones si quiere volver a ver a su hijo.