Durante su trayecto desde Washington D.C. a Columbus, Ohio, el vuelo 6291 operado por United Express se dispone a realizar su maniobra final de aproximación cuando la turbohélice doble de alto rendimiento falla a menos de dos kilómetros de la pista. Tres supervivientes logran salir vivos de aquel infierno, pero el desastre se cobra las vidas de tres miembros de la tripulación y de los otros dos pasajeros que iban a bordo. Los restos carbonizados dejan poco material sobre el que los investigadores puedan trabajar, hasta que la grabadora de voz de la cabina de mando revela una prueba fehaciente.